Nuestra historia
Nuestra Historia nace en el desierto de Ocampo, Coahuila, dónde nuestra abuelita creó una receta especial: galletas de caracol con chocolate y canela. Cada Caracolito horneado en su cocina era un regalo de amor y tradición. Hoy, seguimos su legado, llevando hasta tu mesa el sabor cálido y auténtico de nuestras raíces. Más que galletas, compartimos contigo un pedacito de hogar.

Nuestros Valores
En Galletas Caracol, cada bocado cuenta una historia de amor, tradición y autenticidad. Somos guiados por los principios que nuestra abuelita María Isabel nos enseñó en el desierto de Ocampo, Coahuila: respeto por nuestras raíces, dedicación en cada detalle y generosidad al compartir.
Tradición Viva: Honramos el legado de quienes vinieron antes que nosotros, manteniendo viva una receta que no sólo alimenta, sino que conecta con generaciones.
Autenticidad: Elaboramos nuestras galletas con ingredientes sencillos y procesos artesanales, tal como lo hacía nuestra abuelita. Creemos en el valor de lo genuino, en sabores que cuentan la verdad de nuestra historia.
Calidez y Comunidad: Cada caracolito de chocolate con canela es un abrazo que invita a compartir. Nuestra misión es crear momentos que reúnan, que reconforten y que hagan sentir en casa.
Compromiso y Calidad: Así como en la cocina de nuestra abuela no se hacía nada a medias, en Galletas Caracol cuidamos cada paso, desde la selección de los ingredientes hasta el empaque final, para entregarte productos que reflejan cariño y dedicación.
Nuestra Evolución
Hoy, Galletas Caracol ha comenzado a cruzar las puertas del hogar. Amigos, vecinos y visitantes quieren llevarse un poco de esa calidez consigo. Galletas Caracol está creciendo, pero sin perder su esencia. Hemos perfeccionado nuestras técnicas sin renunciar a nuestros métodos tradicionales, a la par hemos creado esta tienda en línea para llegar a más hogares y seguimos soñando en grande, siempre fieles a la calidez, autenticidad y amor que nos vieron nacer.
Únete a Nuestra Historia
Cada nueva persona que prueba nuestras galletas se convierte en parte de esta historia, una historia que sigue escribiéndose, una galleta a la vez.